lunes, 17 de agosto de 2009

Noche estrellada de Van Gogh


Cuando era chica tenía en Del Viso (mi pueblo natal) unos amigos que tenían un tanque australiano, el agua siempre estaba congelada así que un chapuzón y afuera. Era lindo ver como se veían los arboles y el molino reflejados en el agua. A mí me pareció que esa imagen era igual a un poster que había en el aula. Cuando volví el lunes me fijé el nombre del autor y leí van goj (la profe de inglés me dijo que la h sonaba como j). Pasaron muchos años antes de saber que se pronunciaba distinto, que el artista era holandés, que era superreligioso, que padecía de alucinaciones visuales y auditivas (tenía un zumbido que lo acompañó toda la vida) y quizás en un ataque de locura y dolor tomó la dramática decisión de cortarse la oreja para dejar de escucharlo, que era tan tímido que fue capaz de caminar setenta kilómetros para ver a un artista que él admiraba y no se animó a golpear la puerta y se volvió tan silencioso como había llegado. Que fue amigo y luego enemigo de Paul Gauguin. Que había una tumba con su nombre porque un año antes de su nacimiento los Van Gogh había tenido a otro niño al que también llamaron Vincent. Que tuvo un hermano llamado Theo que lo financió y fue su único admirador y soporte. Sufría de ataques de epilepsia.
Vincent Van Gogh en 1889 pintó una obra conocida como “noche estrellada” 50 años después al matemático ruso Andrei Kolmogorov en 1941 le resultó extraño como los rulos formados por el viento coincidían con las propiedades estadísticas del flujo turbulento. La definición más sencilla que encontré fue está Se llama flujo turbulento o corriente turbulenta al movimiento de un fluido que se da en forma caótica, en que las partículas se mueven desordenadamente y las trayectorias de las partículas se encuentran formando pequeños remolinos aperiódicos, como por ejemplo el agua en un canal de gran pendiente. Debido a esto, la trayectoria de una partícula se puede predecir hasta una cierta escala, a partir de la cual la trayectoria de la misma es impredecible. Casi como el comportamiento del pintor.
Me alegra saber que yo no estaba alucinando y que no era tan ajeno la relación entre el poster y los arboles reflejados en el agua.

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