jueves, 16 de febrero de 2012

Gustav Klimt, Los años dorados

En el 150 aniversario de su nacimiento, el museo Belvedere de Viena celebra al genio que llevó a la cumbre al "Art nouveau".



Por Nanu Zalazar

Con motivo de cumplirse los 150 años del nacimiento de Gustav Klimt, el museo Belvedere de Viena, Austria, su ciudad natal, celebra con una muestra retrospectiva desde el año pasado y hasta julio próximo todo un año dedicado al artista.

Junto a sus seis hermanos, Klimt tuvo una infancia signada por la pobreza. Su padre trabajaba como dorador de marcos y su madre era una cantante que no pudo demostrar su talento.

Este artista descolló dentro del movimiento “Art nouveau” como un pintor simbolista por excelencia. Sus primeros pasos fueron dentro del taller de su padre y a los 14 años logra ingresar a una escuela local de arte y artesanía, donde se lo admitió por sus habilidades como dibujante y pintor. Junto con su hermano Ernst, también artista, y Franz Matsch comenzaron a ganar buenas sumas de dinero decorando los nuevos edificios de la ciudad, en donde los nuevos ricos querían rodearse de objetos y de lugares similares a los que tenía la aristocracia histórica. Fue un buen momento para Klimt, ya que el mecenazgo alentó su intensa actividad en la pintura, la escultura y la arquitectura.

Klimt concordaba con los preceptos del ideario romántico y el desnudo femenino siempre fue su inspiración, lo que le ocasionó no pocos inconvenientes al inicio de su carrera, ya que apuntaba a temas con demasiada pulsión sexual para la época. Se lo considera un continuador de los dibujos eróticos de August Rodin y de Jean August Ingres.

Klimt ocupó lugares muy importantes en la sociedad intelectual de Viena. De joven deseaba que se lo reconociera como un pintor de decoraciones de grandes espacios públicos como teatros, museos e iglesias y es en estos espacios que desarrolla sus series de alegorías con sectores en oro, volcado al simbolismo y donde además comienza a trabajar espacios abstractos, todos elementos característicos de sus obras.

En 1894 recibe el encargo de realizar tres pinturas para decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena, por las que recibió muchas críticas. El artista debía representar a la Filosofía, la Medicina y la Jurisprudencia, pero para los académicos les resultó un simbolismo simple y a los católicos les molestaron los desnudos, a los que consideraron pornográficos. Además, varias de las obras diferían de los bocetos aprobados por la comisión y esto provocó una gran controversia. La universidad decidió finalmente no instalar las obras de Klimt, y éste no volvió a admitir encargos a partir de entonces. Por desgracia, los tres cuadros fueron destruidos por las “SS” hitlerianas durante su retirada de Viena, en mayo de 1945.

Tres años más tarde, Klimt fue uno de los fundadores de la “Secesión vienesa”, un colectivo de artistas que tenía como objetivo promocionar a artistas jóvenes, organizar muestras y publicar una revista en la que figuraran las obras más importantes de los miembros del grupo. El grupo, con apoyo del gobierno, logró edificar una sala de exposiciones para presentar sus obras al público.

Esta asociación nucleaba a arquitectos y artistas con diferentes estilos, tanto naturalistas, realistas como simbolistas, y a pesar de su eclecticismo dio lugar a la versión vienesa del “Art nouveau” que tuvo diferentes nombres en distintos países: en España se lo conoce como Modernismo; Modern Style es para los anglosajones; Liberty o Floreale, en Italia. El movimiento estaba fuertemente inspirado en la naturaleza, con preferencia en los vegetales, las flores y las formas redondeadas que se entrelazan con la figura principal. La asimetría y la estilización se alejan del estilo realista alentado por las academias. La figura femenina, en actitudes delicadas y sensuales hasta llegar al erotismo en muchos casos, particularmente en Klimt, era representada con cabelleras frondosas y ondulantes y con vestimentas repletas de pliegues.

El “Art nouveau” no sólo se desarrolló en la pintura, la escultura y la arquitectura, sino también en las artes aplicadas o decorativas y se evidencia en las artes gráficas, el diseño de muebles, la herrería, la joyería y la cristalería, incluyendo lámparas y cerámicas.

Muchas de las características fueron tomadas por el “Art decó”, pero endureciendo las líneas y geometrizando las formas.

Aceptado por la crítica y acompañado por un éxito comercial, Klimt vivió una “etapa dorada”, lo que coincidió con el uso de láminas de oro en sus obras.

El estilo inconfundible de Gustav Klimt, que murió de neumonía en 1918, lo ha convertido en un referente ineludible de la moda y la estética de su tiempo y los precios millonarios alcanzados en subastas comprueban que su éxito continúa hasta el presente.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 3 de Febrero de 2012

Los jugadores de cartas, de Cézanne, la pintura más cara de la historia

Fue adquirida por la familia real de Catar en 250 millones de dólares y superó así a una de Picasso, "Desnudo, Hojas verdes y Busto", que fue vendida en 106,5 millones en 2010.

La pintura "Los jugadores de cartas", de Paul Cézanne, fue adquirida por la familia real de Catar por 250 millones de dólares, un precio récord para un cuadro vendido en subasta o en una transacción privada, reveló hoy (lunes 6) la revista Vanity Fair .

La venta de la conocida pieza, que representa una partida de cartas entre dos campesinos franceses, sorprende por su elevado costo, ya que la cifra pulveriza cualquier récord de los que los expertos del arte tienen constancia.

La pintura más cara jamás vendida en una subasta hasta el momento es "Desnudo, Hojas verdes y Busto", del español Pablo Picasso, subastada en Nueva York en mayo de 2010 por 106,5 millones de dólares.

Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 6 de Febrero de 2012 |

"The Worldwide Photography Gala Awards". Fotos del mundo

Organizada por la "The Worldwide Photography Gala Awards", las fotos de la muestra en el Borges se subastarán a beneficio de las fundaciones FLENI y "Save the Children" el 14 en el Malba.



Por Nanu Zalazar

La mayoría de las imágenes de esta Bienal de fotografía fueron capturadas por mujeres de 39 países, y fueron parte del concurso "La mujer detrás de la cámara" de las ediciones 1 y 2 del premio "Julia Margaret Cameron", lo que da una ecléctica visión del mundo.

Además, se complementa con las fotos seleccionadas de los premios "Pollux" y "Jacob Riis", organizados por "The Worldwide Photography Gala Awards", entidad que organiza además esta bienal.

La primera edición de esta exposición se realizó en junio de 2010 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con la exhibición de 160 obras procedentes de cinco países. En esta ocasión, en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires participan 220 expositores que exponen 320 obras y provienen de 39 países, entre los que se encuentran Argentina, Alemania, Japón, Turquía, Vietnam y Eslovaquia.

Por el número y calidad de obras, así como por la excelencia de los jurados de selección, la Bienal será sin duda uno de los eventos de arte fotográfico más importantes de América Latina.

La muestra es con entrada paga, pero han tenido el buen tino de dejar en la entrada del centro cultural y una sala anterior a la exposición, una cantidad de fotografías de la misma muestra para quienes no puedan pagar los 15 pesos de la entrada. (10 para estudiantes).

Por la variedad de la temática esta bienal toca casi todos los ítems. Es por eso que en la recorrida se pueden encontrar fotos de autor como las de Kamil Vojnar, en donde una joven levita y el paisaje interior tiene una impronta de otro tiempo, acentuada por el color amarillento que predomina; pero también con el autorretrato de Rehanna, una joven fotógrafa, que decide recrear la "Venus de Urbino" de Tiziano.

En la misma tónica de la fotografía como una disciplina expresiva, Jeannine Chaban presenta una imagen brumosa, teñida de colores azulados en donde un elegante señor camina hacia el mar, quizás tratando de tomar el paraguas, que es el protagonista de la obra. Diane Deaton-Street, por la temática y el color, inmediatamente nos transporta a un pasado con algo de thriller psicológico y algo de surrealismo.

El mexicano Juan Jesús Aguilar recrea una escena familiar parecida a la "Última cena" de Leonardo, con un estilo similar al del argentino Arturo Aguiar. De lo poético a las situaciones extremas, las que se encuentran muchas personas en la India, refleja G.M.B. Akash, de Bangladesh, donde un niño trabaja cargando con pólvora juegos artificiales, y en otra una niña es ofrecida para prostitución con un título demoledor "Life for rent".

De esta imagen se llega a otra de colores vibrantes realizada por la fotógrafa noruega Jane Gottlieb, que es como una escena de Salvador Dalí: un balcón frente al mar con cortina y una silla de colores saturados llama la atención del espectador desde lejos.

Se exhibe una imagen con impronta del Renacimiento. Una chica sumergida en el agua nada entre telas que la envuelven, con un fondo oscuro donde resalta el movimiento de esas telas y de los cabellos de la joven.

A unos pasos se encuentra Aftermath #19, obra que reúne tomas de una fotógrafa que acompañó los cambios en el cuerpo de una mujer con cáncer de pecho.

Alicia Moneva juega con el cuerpo de la mujer en una serie, en la que una joven desnuda adopta distintas posiciones dentro de una caja de cartón. En otra foto, dentro de una bañera con aguas de colores la misma mujer lucha contra ese medio. La fotógrafa las presenta en series de cientos de pequeñas imágenes con las que construye un entramado visual.

La muestra va del retrato al autorretrato, pasando por el paisaje de vistas de interiores, exteriores y aéreas, con imágenes en primeros planos y otras que abarcan espacios enormes. Técnicamente, las fotos seleccionadas van desde las que utilizan programas digitales para modificarlas hasta las tomas directas sin intervenciones, del color saturado al blanco y negro, de imágenes que cuentan realidades a otras que son producidas, y de ahí se pasa a otras en las que sólo hay colores y formas abstractas. En esta interesante muestra están presentes todas las variantes posibles de la fotografía.

La exhibición de las obras se prolongará hasta el 27 de febrero en el Centro Cultural Borges, Viamonte y San Martín. De lunes a sábado de 10 a 21 horas. Domingos y feriados, de 12 a 21.

Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 23 de Enero de 2012

Anuncian el descubrimiento de una copia de la Mona Lisa



Lo anunció el Museo del Prado, de Madrid. Habría sido ejecutada en la misma época que el original por un alumno del maestro.



Por Sara Barderas

(dpa) - Durante años colgó de las paredes del Museo del Prado sin que los visitantes le otorgaran gran valor, más allá de algunos curiosos que preguntaban por "la Mona Lisa" de la pinacoteca española. Ahora, ese lienzo catalogado hasta el momento en la escuela flamenca cobra gran importancia. El Prado ha descubierto que es una "Gioconda" gemela de la de Leonardo da Vinci, pintada por un discípulo en su taller florentino mientras él realizaba la suya.

"Invita a mirar con unos ojos completamente distintos la obra original", aseguró hoy delante del lienzo, en proceso de restauración, el jefe del departamento de pintura italiana del Museo del Prado, Miguel Falomir. Ahí es precisamente donde reside la gran importancia de este retrato, de unas dimensiones muy similares a la joya que exhibe el Louvre.

El autor de esta obra gemela de "La Gioconda" es, casi con toda certeza, Francesco Melzi, un artista milanés procedente de una familia noble pero pobre, que se convirtió en uno de los discípulos preferidos de Da Vinci, para el que trabajó como estrecho ayudante.

Los expertos confían en poder conocer en mayor profundidad la verdadera "Gioconda" (1503-1506) porque su réplica está en un estado de conservación mucho mejor, presenta una mayor nitidez y permite apreciar elementos, como la cenefa del escote de la modelo o los pliegues en su atuendo, que en la obra de Da Vinci apenas ya se intuyen. Una curiosidad de la tela: Melzi pintó a la dama con unas cejas que no aparecen en el retrato del maestro.

De la "Gioconda" existen muchísimas copias, pero hasta ahora nunca se ha certificado que alguna de ellas saliera del taller florentino del pintor renacentista. Y mucho menos que a lguna de ellas se pintara a la par que la "Mona Lisa" de verdad.

¿Cómo es posible que durante tantos siglos nadie se diera cuenta de que esa imagen de mujer había salido del mismo taller de Leonardo, al mismo tiempo que la que pintó el maestro?

Una de las causas es que el fondo sobre el que aparecía la modelo -la joven Lisa Gherardini, esposa de un comerciante florentino, según la tesis más extendida- era oscuro, al contrario que el de "La Gioconda", del verde de los paisajes italianos. Otra es que la madera sobre el que estaba hecho era un soporte de tabla de roble, como las que usaban los flamencos y holandeses, y no del nogal que utilizaban los artistas florentinos.

Pero un buen día, un estudio del lienzo sin autoría clara, iniciado hace dos años por el Prado de cara a la restauración de la tela para una exhibición en el Louvre, dio al traste con esos dos argumentos. Resulta que el oscurísimo fondo había sido añadido dos siglos después de la realización de la obra y debajo de él había un paisaje luminoso similar al de la "Mona Lisa" original. Y la madera no era roble, sino nogal.

"No es fácil saber por qué se cubrió el fondo de oscuro, puede tener que ver con los gustos estéticos del momento", explicó hoy Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, en uno de los sótanos de la pinacoteca.

Allí es donde el director de la institución, Miguel Zugaza, y los expertos presentaron a la prensa el hallazgo en una convocatoria urgente, después de que éste se filtrara a la publicación especializada londinense "The Art Newspaper".

El Prado, no obstante, mantiene su intención de hacer la presentación oficial, ya con el lienzo listo, el próximo 21 de febrero. Después, esta "Gioconda" gemela viajará a París para la exposición "La Santa Ana" de Leonardo, que abrirá sus puertas en el Louvre entre el 25 de marzo y el 25 de junio.

Las dos gemelas no podrán unirse, porque la "Mona Lisa" de Da Vinci no puede moverse de sala, pero la intención es reunirlas en algún momento.

Se desconoce con exactitud cuándo llegó a España la "gemela" de la obra del maestro renacentista italiano, si bien la primera vez que apareció citada en el país fue en 1666, en los inventarios de la Colección Real del Alcázar.

La revolución en torno a esta segunda "Gioconda" comenzó a conocerse en los círculos más selectos del mundo museístico hace un par de semanas, cuando Ana González Mozo, una de las especialistas del Prado, presentó una ponencia sobre el tema en un congreso en la National Gallery de Londres dedicado a Da Vinci. Ahora, el gran hallazgo del Prado ya es vox populi.

Nota publicada en dpa el 1 de Febrero de 2012

Falleció el arquitecto Jorge Glusberg, ex director del MNBA

Tenía 79 años y, en su extensa carrera, fue co-director del Departamento de Arte de la Universidad de Nueva York.

El ensayista, editor, arquitecto, promotor cultural y ex director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), Jorge Glusberg, falleció ayer (jueves 2), a los 79 años.

La noticia de su muerte fue confirmada por su familia a la agencia Télam y sus restos no serán velados.

Glusberg había nacido el 23 de septiembre de 1932.

En su extensa carrera, fue co-director del Departamento de Arte de la Universidad de Nueva York y presidió la sección argentina de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.

Gestor e interlocutor de artistas, intelectuales y diversos coleccionistas, también fue miembro del comité editorial de la revista D'Ars, de Italia, corresponsal de las revistas M. E., de Hungría, y Leonardo, de Estados Unidos. Tuvo una columna semanal en el periódico Ambito Financiero.

Desde allí promovió una zona importante del arte de los 90, enfrentándose a los sectores más conservadores del MNBA, representados por los Amigos del Museo.

Durante la última dictadura cívico-militar, Glusberg, desde el CAYC, intentó reconstruir el espacio que supo ocupar el Instituto Di Tella, y así, durante la oscuridad de esos años, pudieron verse algunas cosas que de otra manera hubiera sido imposible.

Publicó libros sobre arquitectura, diseño, arte moderno. Sus títulos, "Mitos y magias del fuego, el oro y el arte", "Art in Argentine", "Del pop-art a la Nueva Imagen", "Orígenes de la Modernidad", "Moderno-Postmoderno" y "Obras Maestras del Museo Nacional de Bellas Artes", entre otros.

Nota publicada el 3 de Febrero de 2012 en www.gacetamercantil.com

Babar va al museo


El elefante Babar es un dibujito que acaba de cumplir 80 años desde que Cecile, la esposa del artista y dibujante Jean de Brunhoff, inventaba historias para cuando sus hijos, Laurent y Mathieu, se iban a dormir. A los chicos les gustaban tanto que Brunhoff comenzó a hacer un libro con sus ilustraciones para uso familiar, sin sospechar que con el tiempo llegaría a miles de hogares. Brunhoff escribió seis historias antes de morir, en 1937, y su hijo Laurent, que también era dibujante y escritor, continuó la historia desde 1946. También fue él quien tomó la historia original y la transformó en dibujos animados para la televisión francesa en 1969.

Babar es un pequeño elefante que parte de la jungla y llega a una ciudad, en la que se viste como hombre, y al regresar es coronado rey de los elefantes.

Para celebrar el 80 aniversario del elefantito se realiza una muestra en la Galería des Arts Décoratifs, que comienza con aquellos primeros bocetos, los libros y una selección de cien dibujos originales prestados por instituciones francesas y extranjeras, entre las que se encuentran la biblioteca nacional gala, la Biblioteca Morgan y la Mary Ryan Gallery en Nueva York, y también por coleccionistas privados.

Como parte de la muestra se exhibe a Babar en los otros soportes que fue adoptando a lo largo de los años gracias a su popularidad, desde peluches, juegos de mesa, figuras, juguetes, libros didácticos y hasta películas en 3D. En Les arts Decoratifs, en París, del 8 de diciembre 2011 al 2 de septiembre de 2012.

Nota publicada en www.gacetamercantil.com 23 de Enero de 2012

Arriba esas palmas, esto es un asalto



Cuando se habla de artes plásticas en los medios, fuera de los espacios de cultura, generalmente se tocan dos tópicos: el robo de una obra valiosa o el precio sideral alcanzado por un cuadro en algún remate. Lo que parece ubicarnos ante la disyuntiva sobre qué es primero, si el huevo o la gallina.

Siempre hubo robos de objetos de arte. En la antigüedad los saqueadores de tumbas y templos buscaban elementos que estuvieran realizados en oro o piedras preciosas, las formas o las temáticas no importaban sino con qué materiales se habían realizado.

El robo de obras es generalmente por motivos económicos, han sido muy pocos los casos en la historia en que los ladrones respondían ante pulsiones internas del tipo cleptómano, pero con obras de arte. O como el italiano que robó la Gioconda del Louvre para llevarla al país de origen de ambos, casi un acto patriótico si no fuera porque luego la quiso vender a la Galería degli Uffizi, en Florencia.

Existe un mercado negro de obras de arte que se supone se maneja por encargo. Una danza de millones que salen del mercado oficial para adquirir obras de arte valiosas o que, por su fama, no están a la venta y que también en este mundo oscuro tienen precio.

Galerías y museos aún de renombre tienen sistemas de seguridad poco eficientes o como ocurrió en 2010 en el Museo de Arte Moderno de París, cuando en media hora los ladrones pudieron llevarse cinco obras cuyo valor supera los 100 millones de euros. La alarma del museo no funcionaba desde hacía dos meses.

Es fácil acceder a los datos de las obras valiosas. Muchos museos y galerías tienen visitas virtuales en la web, que los delincuentes usan para moverse con familiaridad dentro de estos edificios.

El FBI y la Interpol tienen listas en sus sites donde exhiben fotos de las obras robadas que aún no se han podido localizar. Como ejercicio, quienes quieran saber cuáles son las obras de arte más buscadas, pueden entrar en http://www.fbi.gov/about-us/investigate/vc_majorthefts/arttheft o en http://www.interpol.int/Crime-areas/Works-of-art/Works-of-art

Nota publicada el 2 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com

ARTE Y CIENCIA. Proyecto Beyond Text Veo, luego percibo

Un científico argentino convocó a un artista y compatriota a trabajar en un experimento en la universidad de Leicester para tratar de explicar como opera la percepción.

¿Qué ves cuando se ve? Parafraseando a la canción de "Divididos", éste es un interrogante que se viene haciendo el Hombre desde el principio de los tiempos y son los artistas visuales los que muchas veces lo responden desde sus obras, ya sea estudiando los principios de la física o desde un conocimiento intuitivo.

El hombre conoce el mundo y toma conciencia de sí mismo a través de sus sentidos, y es como respuesta a los estímulos que se presentan como los organiza en su cerebro, proceso que estudia la neurociencia. Otras teorías basan la percepción en estímulos que responden a procesos psicológicos (como la Gestalt), otros prefieren pensar que la percepción tiene un origen innato, rozando lo esotérico.

Sobre cómo se construye la realidad con lo que nos llega a través de los sentidos es uno de los misterios que los científicos intentan reveIar.

En Londres, el profesor Rodrigo Quian Quiroga, un neurocientista argentino que trabaja en la Universidad de Leiscester, invitó al artista visual Mariano Molina a formar parte de un equipo para trabajar combinando los conocimientos de ambos acerca de la percepción visual. Como parte del proyecto, en diez telas se plasmaron los principios de la percepción, acompañados de textos explicativos sobre esos principios.

Según Quian Quiroga los artistas utilizan muchos de los principios de la percepción. Es por eso que pensó en un artista visual para resolver la representación de sus teorías.

No es la primera vez que se cruzan ciencia y arte. Hace tiempo, Jorge Luis Borges le alcanzó a Quian Quiroga, con su personaje "Funes, el memorioso", una respuesta a la teoría del olvido y llegó a la conclusión de que ciertas células del cerebro se limpian de información superflua –es decir, olvidan- para que podamos focalizarnos.

Al neurocientista le gusta crear puentes entre dos disciplinas totalmente distintas: la ciencia y el arte. "Lo que hacemos con Mariano Molina es que él crea obras de arte nuevas usando principios de la neurociencia", explica el científico.

Por ejemplo, sobre la oclusión apunta que "si algo cubre una cosa, sabemos que la primera está más cerca que la segunda. Y si empezás a usar esto en las pinturas podés crear una sensación de profundidad".

Otro principio, que es un poco más complejo, se llama rivalidad binocular: "Este principio dice que la información que recibimos de los dos lados converge en el cerebro y de esto obtenemos imágenes en 3D, podemos ver en profundidad". Ahora, si de repente se muestran dos fotos diferentes a cada uno de los ojos el cerebro se confunde. "Y lo que pasa es que el cerebro va a cambiar de una imagen a otra. Esto crea confusión en el cerebro, que sólo puede procesar las imágenes de a una y las va alternando".

Otro efecto de profundidad se puede crear fácilmente usando los antejos para ver películas en 3D y si se pinta una tela con los colores exactos de los anteojos, "se verá que las imágenes se alternan de manera azarosa", agrega Quian.

Quian y Molina acordaron cómo aplicarían los principios en imágenes. El artista en su computadora creó una imagen y en el medio de esa imagen hay círculos con muchos puntos en el medio, los que producen el efecto de hacer vibrar al resto de la obra.

"La idea con la obras es realizar una muestra en 'Embrace Arts', en Leicester, Inglaterra, y que con ellas se muestre y se expliquen los principios de la percepción", apuntó Quian Quiroga.

Para el público, se trata de alcanzar un conocimiento en otro formato ya que no está leyendo un libro sobre neurociencia, sino experimentando de manera directa una obra de arte que utiliza esos principios.

La foto de la difusión del proyecto presenta a Molina y a Quian Quiroga y es una especie de resumen de la interacción, ambos de pie con un fondo blanco y como si entre ellos y el espectador hubiera un vidrio sobre el que dibujan: el neurocientista, una red neuronal, y el artista, adapta unos dibujos de Santiago Ramón y Cajal, considerado el padre de la neurociencia, y de quién se conservan las obras de sus estudios sobre la comunicación entre neuronas, que Quian Quiroga ve similares a las obras de Jackson Pollock. Es por esto que a Pollock se lo muestra como protagonista en otra de las obras.

El objetivo final es que la gente se interese, y hacer que la muestra sea itinerante. "Este intercambio entre ciencia y arte provocó algo que de otra manera hubiera sido imposible, ya que no había muchas posibilidades para empezar estas colaboraciones". En el arte hay mucha ciencia para ver, no solo está en los libros.

Nota publicada el 20 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com

Mariano Molina presenta su muestra sobre percepción visual

Desde hace muchos años Mariano Molina presenta obras en las que fuerza la mirada del espectador. Este artista visual juega con la perspectiva y le agrega efectos ópticos a sus obras. Por ejemplo, ha utilizado la técnica de anamorfosis, que sirve para crear ilusiones ópticas (Sobre el césped de la canchas esta técnica se utiliza para poner publicidad con apariencia de volumen).

En su última muestra, las multitudes borrosas recuerdan los movidos días de la crisis económica del 2001 en Argentina. Las imágenes entronizan una especie de protagonismo colectivo, pero donde fondo y figura no son tan claros. Tampoco era claro el lugar que teníamos la mayor parte de los argentinos por aquellos días.

En las primeras multitudes creadas por Molina las personas eran casi de tamaño natural, sino algo más grandes. Luego vinieron las vistas de esas multitudes como congeladas por una cámara con "zoom", en las que sólo unos pocos estaban en foco y se podían individualizar. En esta muestra recurre a su serie "Textuales", en donde las multitudes se minimizan y son imágenes en pequeños papeles, que entran dentro de su puño, y éste cobra una dimensión colosal, en telas de 2 x 1,50 metros. La palma de la mano es la protagonista de esta muestra entre la quiromancia, las líneas como destino o como autopistas para los autos que las transitan. Su mano como un lugar en donde converge el universo, como el mítico punto en "El Aleph" borgeano.

En otras obras las masas son perforadas visualmente por puntos blancos, como una ráfaga de disparos sobre ellas. Las obras donde utiliza el rojo y el azul ya estaban antes de su partida a la residencia que lo llevó a Londres, en 2009, pero ahora se ven enriquecidas por los conocimientos de neurociencia adquiridos (ver nota principal). De manera simultánea a la muestra en Londres, se puede visitar la montada en Buenos Aires en Hotel A, art Gallery, en Azcuénaga 1268.


Nota publicada el 20 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com

Eduardo Faradje presenta "Las otras historias"

La muestra de este artista original justifica una mirada atenta. No todo es como es ni dice lo que parece. Desde la pintura, Faradje aporta otra visión de los acontecimientos nacionales.

Eduardo Faradje presentó su muestra de pinturas "Historia y otras historias", con obras de gran formato realizadas en bastidores con collages a las que les adosa elementos y en las que aplica una antigua técnica como la encáustica, que utiliza la cera como adhesivo de los pigmentos haciendo una mezcla densa y cremosa, aunque también permite el uso de materiales más modernos como la resina poliéster y los esmaltes sintéticos.

Este artista toma momentos de la historia argentina, muchos de los cuales son parte de nuestro imaginario. Faradje recrea en sus obras algunas imágenes icónicas como el abrazo entre Eva y Juan Domingo Perón el día del renunciamiento de la postulación a la vicepresidencia; o a San Martín en el cruce a de los Andes en dos luchas: una vinculada con la actividad artística; y en la otra, el ejército realista es personificado por la silueta del monumento al soldado desconocido de Washington, como si la lucha para San Martín no terminara nunca y se prolongara en el tiempo y siempre hubiera enemigos contra quienes pelear. Para acentuar la atemporalidad, sobre los Andes no hay un cóndor sino un avión cayendo en picada.

Sensible ante la pérdida de vidas en diferentes momentos históricos, Faradje la evidencia al hablar de dos hechos lejanos entre sí en el tiempo: el hundimiento del crucero General Belgrano o la matanza de los inocentes ordenada por Herodes. Dos hechos de los tantos, absurdos, que se han cobrado vidas inocentes en la Historia de la Humanidad.

El artista elige expresarse con una paleta de colores restringida, la materialidad (telas, objetos y maderas) y expresivos trazos, especialmente los cargados de brea. Con estos elementos consigue trasmitir a su obra un enorme dramatismo.

Cuando en el 2001 la crisis empuja a muchos argentinos a buscar entre la basura elementos para subsistir, actividad se bautiza como "cartoneo", es imposible no asociar ese material con la pobreza. En las obras donde el edificio del Congreso se hace con cartón corrugado, se crea un parentesco visual con los precarios conventillos del barrio de la Boca, de chapa y cartón. Pero quizás el aire de pobreza no sea sólo edilicio sino también en el terreno de las ideas y de las discusiones políticas que se confrontan dentro del recinto.

En una obra se intuye un palco de políticos desdibujados que le hablan a una muchedumbre que marcha con pancartas, y en otra, tan desdibujada como ellos, solo una bandera de Montoneros se hace visible y recuerda sin duda otro desencuentro de ideas: cuando fueron echados por Perón de la Plaza de Mayo y pasaron de "juventud maravillosa" a "estúpida e imberbe".

La carga de materia y los colores oscuros cambian de cuajo la idea que nos puebla el inconsciente desde la infancia, cuando los manuales y las revistas para niños nos entregaban otra imagen de la Patria y, con ella, una construcción colectiva, edulcorada y estoica, que afortunadamente en las obras de Faradje gana fuerza gracias a lo expresivo y temperamental de sus trazos.

Cristóbal Colón viene llegando a América en una carabela repleta de malos augurios, quizás el comienzo de muchas de las desgracias que cayeron sobre los pueblos de la región, que pagó un precio alto para ser parte del mundo conocido.

¿Cómo hubiera sido nuestra historia si no hubiéramos sido colonia de nadie? Seríamos parte del Imperio Inca? Y de haber sido colonizados por otros de los que también llegaron a América, portugueses, ingleses, franceses y holandeses, ¿hablaríamos otro idioma, tendríamos otras religiones? Sin duda seríamos otros, ni mejores, ni peores, simplemente otros.

Las otras historias, como las llama Faradje desde el título de la muestra, son contadas desde un original estilo pictórico, donde no todo está tan visible y hay que mirar con atención, porque hay detalles que podrían derrumbar las primeras ideas que se nos vienen a la mente con el primer golpe de vista. Cierre: domingo 26 de febrero. Sala C, Centro Cultural Recoleta. Junín 1930.

Nota publicada el 13 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com

Roban de un museo de Grecia un valioso cuadro de Pablo Picasso

Se trata de "Cabeza de Mujer", un oleo de la etapa cubista del autor español fechado en 1939. También hurtaron uno de Mondrian.

Las obras de arte robadas anoche de la Galería Nacional de Atenas incluyen una "Cabeza de Mujer" de Picasso y un cuadro de Mondrian, anunció el lunes 9 de enero la policía griega.

Este óleo de Pablo Picasso data de 1939 y mide 56 centímetros por 40.

El cuadro de Piet Mondrian se llama "Molino" y data de 1905. También desapareció un dibujo del artista Guglielmo Caccia, del siglo XVII, representando el éxtasis de un santo.

La pinacoteca exponía hasta el domingo una exposición de "tesoros ocultos", antes del cierre temporario para ampliación de las salas.

El fondo artístico de ese museo está consagrado esencialmente al arte griego desde la época de Bizancio, con una pequeña colección de obras del Renacimiento y de El Greco.

La policía había anunciado previamente, también este lunes, que dos obras de arte habían sido robadas durante la noche de la Galería Nacional de Atenas, sin precisar de qué obras se trataba.

Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 9 de Enero de 2012

Edvard Munch. Retrato de una vida atormentada

El autor de "El grito", una obra fundamental del arte occidental, fue catalogado de "degenerado" por el nazismo. Vivió atravesado por la angustia. Las peripecias de su obra.


Para los nazis Edvard Munch era un artista degenerado. Habían divido al arte en dos grandes segmentos: los degenerados y los heroicos. El primer grupo fue prohibido por considerarlo "no alemán", con influencias comunistas y judías. Sobre quienes recaía esta etiqueta se les impedía dar clases, exhibir y vender sus obras.

En 1937 el Estado alemán organizó una muestra itinerante de arte "degenerado" que pasó por muchas ciudades de Alemania y Suiza con el fin de provocar un sentimiento hostil en el público. La muestra fue montada con obras de arte moderno colgadas de manera desprolija, con textos que ridiculizaban el contenido y la temática y sin olvidar colocar los precios elevadísimos que habían alcanzado y cómo el Estado anterior a 1933 había comprado y gastado una fortuna en ellas, mientras el pueblo pasaba hambre. En contrapartida a esta manera de representación, el arte heroico reunía pinturas y esculturas basadas en la belleza clásica y que exaltaban los valores de la pureza racial.

Para Munch, pintor y grabador nacido en Noruega en 1863, considerado como el artista que más influyó en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX, Alemania no era un buen lugar para desarrollar una carrera artística. Los temas más frecuentes en su vasta obra están relacionados con los sentimientos y, al igual que Paul Gauguin, él prefería realizar obras evocativas, pintar sobre lo que vivió y no copiar la naturaleza.

A Munch le atraía la idea de analizar el alma humana, así como Leonardo da Vinci lo había hecho con los cuerpos. Su obra "El grito" habla de un estado de angustia, en el que Munch vivía de manera permanente.

Para este artista la vida no fue muy fácil. Su madre murió de tuberculosis cuando tenía 5 años y a los 9 muere su hermana por la misma enfermedad. Fue criado por su padre, un médico que con su fanatismo religioso y su severidad hizo del hogar un lugar opresivo y triste. Y los temores sobre el fin del mundo marcaron al artista en su vida solitaria.

Siendo muy joven decidió abandonar la carrera de Ingeniería para dedicarse al arte, estudió en Oslo y allí recibió una beca para perfeccionarse en Alemania, donde todavía el estilo impresionista, tan desarrollado en Francia, no había sido aceptado, mucho menos lo que proponía Munch. Tanto molestó su obra que su primer muestra en 1892, en Berlín, fue clausurada a los pocos días de su inauguración.

De todos modos vivió muchos años en Alemania realizando exhibiciones en diferentes ciudades, las que intercalaba con cortas estancias en París. Gracias a una vida ascética podía subsistir con poco dinero.

De su obra "el Grito" existen cuatro versiones realizadas por mismo el artista, tres pinturas y una serigrafía. La versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Oslo y fue concluida en 1893. Todas tienen en el primer plano una figura humana -que no se distingue si es hombre o mujer- tomándose el rostro con las dos manos y parada sobre un puente. De fondo, se ve un cielo rojo y naranja que tiñe el agua y la colina de Ekeberg, en Oslo. Para algunos estudiosos ese cielo es una de las consecuencias de la explosión del volcán Krakatoa, que erupcionó en 1883 y sus cenizas cubrieron el cielo de todo el mundo pero en Noruega produjo una especie de aurora boreal roja y naranja. Y la preocupación del personaje principal podría ser la llegada del fin del mundo, idea con la que creció Munch y que era un tema recurrente de su padre.

Así describió el artista la experiencia que lo llevó a pintar esta obra: "Caminaba yo con dos amigos por la carretera. Entonces se puso el sol, de repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, indeciblemente cansado. Lenguas de fuego y sangre se extendían sobre el fiordo negro azulado. Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás temblando de miedo, y sentí el grito enorme, infinito, de la naturaleza".

"El grito" fue robado en 1994 de la Galería Nacional de Oslo. Los ladrones, en el lugar de la obra dejaron un mensaje: "Gracias por la falta de seguridad", y pidieron un millón de dólares de rescate, pero el cuadro fue localizado por Scotland Yard y devuelto al Estado noruego.

Este cuadro es una obra icónica de la cultura occidental. En agosto de 2004, otra versión fue robada por tres hombres encapuchados y armados que entraron al museo Munch de la capital noruega, y se lo llevaron junto con "La Madonna". Durante dos años estas obras estuvieron desaparecidas, y cuando las encontraron se hallaban muy dañadas.

Otra versión se encuentra en el mismo museo, mientras que la cuarta versión, la serigrafía, pertenece a una colección particular. En 1895, además, Munch realizó también una litografía con el mismo título.

Publicada en www.gacetamercantil.com el 2 de Enero de 2012

Ladrones no logran vender cuadro de Magritte y lo devuelven

Había sido robada en 2009 por dos hombres que ingresaron armados a la casa donde residía el artista en la ciudad belga de Jette, que fue transformada en museo.




Una obra del artista surrealista belga René Magritte, robada dos años atrás, fue devuelta luego de que los ladrones fracasaran en su intento de encontrar un comprador en el mercado negro, informó hoy (viernes 6) el museo René Magritte de Bruselas.

La obra, titulada "Olympia", un desnudo de su mujer Georgette sobre un fondo de un paisaje costero, valorada entre tres y cuatro millones de euros, fue robada en 2009 por dos hombres que ingresaron armados con una pistola a la casa donde residía el artista en Jette, que fue transformada en museo.

Poco más de dos años después, un hombre llamó a un experto en arte y ofreció devolverla, indicó el restaurador del museo, André Garitte. "Finalmente se dieron cuenta que no podían vender la obra ya que era demasiado conocida" explicó.

"La pintura se había convertido en un problema para ellos y prefirieron desembarazarse de ella. Al menos, felizmente, no la destruyeron".

El museo, que recuperó la obra, no decidió qué hará con ella y la investigación sobre el robo continúa, precisó Garitte.

"Olympia", un cuadro de 60 por 80 centímetros, fue pintado por Magritte en 1948. El toque surrealista del cuadro, a su vez de corte clásico, está dado por la presencia de una concha -que tal vez simboliza el mundo subterráneo o el inconsciente- sobre el vientre de la mujer.

Nacido en Hainaut, al oeste de Bélgica, en 1898 y muerto en Bruselas en 1967, Magritte es uno de los artistas más influyentes del siglo XX.

Su "Esto no es una pipa", con el dibujo de una... pipa, o sus hombres en traje con sombrero flotando se han convertido en íconos en el mundo entero.

El artista prefería no obstante la vida simple de la ciudad belga de Jette, al lado de Georgette y de su perro, a la más rimbombante de París.

Eso, además de sus constantes enfrentamientos con el considerado padre del surrealismo André Breton, explica que regresara a su casa de la calle Esseghem, de donde fue robado el cuadro. Es en ese sitio donde Magritte pintó casi la mitad de su obra.

Aunque cada vez más difíciles de vender, los ladrones de arte intentan revender los cuadros en el mercado negro o pedir dinero por ellos a las compañías de seguros o al Estado.

Uno de los robos más sonados fue el protagonizado el 22 de agosto de 2004 por dos hombres armados y encapuchados que irrumpieron a la luz del día en el museo Munch de Oslo y se llevaron el "Grito" y "La Madonna", del pintor noruego Edvard Munch.

Las dos obras fueron halladas el 31 de octubre de 2006 en circunstancias que siguen siendo misteriosas y sus autores fueron condenados.

Publicado en www.gacetamercantil.com el 6 de Enero de 2012

Paul Gaugin, el hombre que pintó el paraíso

Marino y agente de bolsa exitoso, un día conoció a unos pintores impresionistas y su vida cambió para siempre. Su búsqueda interna lo llevó a extender los límites del color y de la imaginación.


La vida de Paul Gauguin estuvo signada por la búsqueda, respondiendo a sus inquietudes internas: primero quiso conocer el mundo, y siendo casi un adolescente se embarcó y recorrió los mares en la marina mercante. Luego, se alistó en la Armada francesa, con lo cual siguió su vida de recorrida por los puertos de varios continentes. Sintió la necesidad de establecerse y regresó a París, en 1870, donde trabajo con éxito como agente de bolsa, conoció a una joven danesa, Mette Gad, a la que apodó "la Vikinga" y con quien tuvo cinco hijos. Llevaba una vida burguesa, de confort y comodidad. Su amigo Gustave Arosa, hombre de negocios como él y amante del arte, es quien le presenta a varios pintores impresionistas y comienza una etapa como coleccionista. La visita a los talleres y las largas charlas sobre arte despiertan una vocación en este joven empresario, que toma sus primeras clases de dibujo y pintura.

Cuando la bolsas se desploman en 1882 y se queda sin trabajo, decide dar uno de los tantos giros en su vida y se dedica de lleno a la pintura. Sin un centavo en el bolsillo se traslada a Copenhague en busca de la ayuda de su familia política, que no ve con buenos ojos la decisión de Gauguin de ser artista. Después de varias peleas, decide volverse solo a París, dejando a su esposa e hijos a cargo de su suegro.

La amistad con el artista Camille Pissarro lo lleva a trasladarse a la ciudad de Rouan, en Normandía, pero, respondiendo a una invitación de su cuñado y con la promesa de un trabajo, viaja a Panamá, donde labora como obrero en la construcción del Canal (la mano de obra era mayoritariamente francesa). En sus pocos ratos libres pintaba, aunque el paisaje no le resultaba muy atractivo. El clima y las enfermedades tropicales mellan su salud y cuando se recupera viaja a la isla Martinica, viaje fundamental para la pintura de Gauguin y el momento en que a sus cuadros los invade el color y la exuberancia primitiva, lo que le permite abrir su mente llena de prejuicios. Debilitado y sin saber aún que se había contagiado sífilis por sus frecuentes visitas a los prostíbulos, vuelve a Francia, donde es invitado por Theo Van Gogh a exponer en su galería y conoce a Vincent, con quien traba amistad y se muda al pueblo de Arlés.

Después de una estadía tormentosa por el maltrato verbal y físico que de manera cotidiana se propinaban ambos pintores, de carácter irascible y algo trastornados por el alcohol (el famoso episodio del corte de la oreja de Vincent ocurrió mientras Gauguin vivía con él), Gauguin busca un entorno primitivo, tratando de encontrar en él al artista salvaje que suponía que tenía latente.

A Gauguin, la observación y representación de la luz de los impresionistas no lo convencen demasiado, él busca a través de sus obras simbolismos y alegorías como se hace en la literatura. Y cree que su mayor expresividad la alcanzaría fuera de la cultura europea. En la búsqueda de su estilo renuncia a representar los colores al natural y opta por colores arbitrarios, que responden a sus recuerdos y a sus sentimientos. Ve con admiración el arte indígena, el arte de la Edad Media y algo de las estampas japonesas, influenciado por Van Gogh. Todo forma parte del proceso autodidacta del artista, pero siempre apuntando a la expresividad que, para él, era lo más importante a transmitir desde el arte: la expresión como una puerta que permite el ingreso a otro nivel de realidad, algo que no es ni real ni imaginario, sino que se nutre de ambos.

Esta idea de plasmar el carácter de las cosas y no su mera representación es una de las bases del sintetismo, que fue un estilo ejecutado por un grupo de pintores llamado Grupo de Nabis. También, su estilo influyó en los pintores fauvistas y expresionistas.

Enfermo, Gauguin se dirige a la Polinesia en 1891 con apenas un poco de dinero producto de las ventas en su última muestra y una pequeña herencia de un tío, y se establece en Tahití.

Las características esenciales de su pintura, en la que sigue usando grandes superficies de colores vivos, no cambian demasiado, aunque hace más simples sus composiciones. De este período saldrán las mejores obras, tanto en pintura como en las esculturas talladas en madera. Allí convive con una nativa de no más de 13 años, que será su modelo en muchas obras, y regresa a una vida sexualmente promiscua.

Debido a su mal estado de salud decide ponerle fin a su vida e intenta suicidarse con arsénico, pero no lo logra. Finalmente, muere en 1903 en la mayor de las miserias a causa de un derrame cerebral. Antes realiza su obra más importante: "¿Qué somos? ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos?", preguntas que sin duda atravesaron su existencia y que lo empujaron a su inagotable búsqueda del paraíso en la tierra.

Nota publicada el 20 de Diciembre de 2011 en www.gacetamercantil.com

100 años del Salón Nacional en el Palais de Glace

Considerado el concurso más importante de las artes plásticas en nuestro país, el Salón Nacional cumplió 100 años. Se trata de un espacio de legitimación para artistas y una de las piezas fundamentales del Estado para promover la producción artística a nivel nacional.


El panorama artístico se concentra en el Salón, que premia las categorías pintura, grabado, dibujo, fotografía, arte textil, arte cerámico, escultura y nuevos soportes e instalaciones.

La muestra, hasta enero, presenta los trabajos premiados y los seleccionados de las disciplinas cerámica, grabado y arte textil. Rico en variedad de soportes por las disciplinas, especialmente en cerámica y textil, que año a año se presentan, se respeta aquí la categoría para cual se inscribió el artista ya que muchas veces los materiales elegidos comparten la manera de tratar el espacio o se entrecruzan las técnicas, lo que hace que muchas veces sea difícil encuadrarlos. La calidad artística de los envíos a este certamen, que provienen de todo el país, lleva a largas discusiones de los jurados propuestos.

En el recorrido se puede observar la cartuchera gigante de Silvia Carbone, los hombres hámster de Marcia Larrubia, una colorida obra realizada en fieltro de Andrea Cavagnaro o un corazón de peluche de colores pop de Paola Michaels, pasando por una escultura de un paseador de perros de tamaño natural con cinco perros de diferentes razas de Leandro Niro y los calados sobre papel de Gloria Battistetti.

En arte textil se presentaron 209 obras, de las que se seleccionaron 63, cuatro recibieron premios y cinco se llevaron menciones. En el rubro cerámica fueron 107 las obras enviadas y 34 las seleccionadas, con cuatro premios y cuatro menciones. En grabado se anotaron 189, se seleccionaron 40, cuatro se llevaron premios y cinco menciones.

Este Salón consagratorio entregó 30 mil pesos al ganador y una pensión vitalicia a partir de los 60 años. Palais de Glace, Posadas 1725, de martes a viernes de 12 a 20 horas, y sábados y domingos de 10 a 20 horas, con entrada libre y gratuita.


Publicado en Gaceta Mercantil el 20 de Diciembre de 2011

Joaquín Torres García, el constructivismo charrúa

Joaquín Torres García fue un pintor, profesor y escritor, considerado el principal artista uruguayo del siglo XX. Es el creador de una escuela que influyó en tres generaciones de artistas.


Joaquín Torres García nació en Montevideo en 1874, y en sus comienzos como estudiante en la escuela de Bellas Artes de Barcelona sus obras respondían al estilo clásico ya que abrevaba en imágenes tomadas de esculturas griegas y romanas. Este espíritu clásico sobrevivió dentro de su estilo en la manera de dividir el espacio en las obras, respondiendo a la proporción aurea o divina. Torres García creó una superficie organizada en la que todas las partes se relacionan entre sí y con el todo.

Por influencia de Antoni Gaudí, el gran arquitecto catalán, Torres García se sumerge en el "noucentismo", un movimiento estético plástico y literario preocupado en generar un arte social y que superara la estética del modernismo y simbolismo a los que, como toda vanguardia, consideraban decadentes.

En 1926 se traslada a París y es allí donde siente haber completado su educación artística de manera definitiva.

Las líneas fueron cobrando mayor importancia en su estilo. Sus composiciones respetaban más los planos, sin dar la sensación de volumen, y sus obras comenzaron a ganar más sencillez y sólo ubica las figuras recortadas sobre un fondo.

En 1928, la visita a una exposición de arte precolombino en París despierta en Torres García una vocación por el estudio de estas civilizaciones y el material que recopila es una fuente de nuevos símbolos que pasan a integrar sus trabajos.

En 1934 emprende el regreso a su Montevideo natal junto a su mujer y sus cuatro hijos, y en la capital uruguaya lo reciben como a una auténtica estrella. Al llegar fundó la Asociación de Arte Constructivo y su taller, "La Escuela del Sur", pero el artista nunca imaginó que tendría una influencia decisiva en tantos artistas en Latinoamérica.

Después de cumplir 50 años, Torres García alcanzó su estilo definitivo, el constructivismo, con su particularidad de ver y hacer arte realizando una síntesis de las vanguardias por las que transitó en Europa junto con el estudio de culturas prehispánicas.

A comienzos del siglo XX, Torres García comenzó a escribir y a hacerse preguntas sobre el mundo del arte, y durante toda su vida seguiría realizándoselas. Sus enseñanzas a través de conferencias y libros dejó plasmadas muchas de las premisas que tomaron quienes lo siguieron. Su búsqueda en las culturas precoloniales estaba dirigida a encontrar un nexo en las tradiciones artísticas de América del Sur.

Torres García creía que a lo abstracto debería corresponderle una forma de expresión gráfica, como un signo, y descubre en la cuadricula la forma de construir un muro y en cada compartimiento ubica un diseño. Tiene diferencias entre lo que propone artísticamente Piet Mondrian, aunque coinciden en escribir en la misma época ensayos sobre el mismo tema. Mientras el artista sudamericano publica el artículo "Origen y desarrollo del cubismo", Mondrian presenta "El arte abstracto puro". La coincidencia entre ambos es el uso de la geometría.

Torres García propone la representación de toda la creación y el microcosmos del orden universal. "Esto se encuentra en orden geométrico, pasando de las formas puras a formas de vida, y, a continuación, simbólicamente, en un esquema geométrico, encontramos el mundo y el hombre", afirma.

En su taller, "La Escuela del Sur", Torres García animó a sus alumnos a "ser primitivos y trabajar en lo elemental". Y aquí primitivo no significa prehistórico, sino más bien alguien que está al principio de un ciclo artístico.

El artista comenzó con un grupo de más de treinta pintores que trabajaban y mostraban sus obras juntos, tal como lo hacían en París en 1930 con "Circle et Carré", un grupo del cual Torres García fue parte junto con Marcel Suphor, Mondrián y otros.

En su taller Torres García enseñó dibujo y pintura independientemente de la Academia Europea tradicional, con un enfoque modernista, por lo tanto desarrolló nuevos métodos de enseñanza. La dinámica de esta interacción con sus estudiantes enriqueció su propia obra, así como su ideología, por lo que produjo en consecuencia muchas conferencias, libros y artículos.

Después de su muerte, en 1949, el estudio siguió abierto hasta 1967. La "Escuela del Sur" es su mayor obra maestra, la que continúa su influencia hasta la actualidad con un enorme legado para los jóvenes artistas de nuestro continente.

Nota publicada el 26 de Diciembre de 2011

Diego Rivera vs. J.D. Rockefeller

El muralista mexicano y el financista neoyorquino mantuvieron un conflicto famoso a comienzos de los '30. En medio de una nueva crisis financiera global, una exposición reivindica la "indignación" en la Gran Manzana.

Sin duda, si en el momento en que Diego Rivera estaba en Nueva York hubieran explotado las manifestaciones contra Wall Street (motivos no faltaban ya que estaban en pleno coletazo del crack del '29) sabríamos con quienes estaría, como también a quien apoyaría John David Rockefeller.

El Rockefeller Center fue escenario involuntario, allá por los años '30, de una sonada controversia entre el magnate financiero John David Rockefeller y el muralista mexicano Diego Rivera.

El RC es un complejo de 19 edificios comerciales que ocupa noventa mil metros cuadrados en pleno centro de Manhattan. De estilo Art Decó, incluye el teatro Radio City, una pista de patinaje sobre hielo y un abeto donde todos los años se monta un árbol de navidad gigantesco que es visitado por miles de turistas.

J.D. Rockefeller, el por entonces dueño del complejo, pensó que el imponente vestíbulo del edificio central podría albergar un mural no sólo decorativo sino que a los visitantes los ayudara a reflexionar. El tema que propuso era las "nuevas fronteras" y quería que estuvieran representados los acontecimientos sociales más relevantes de la época.

Por la importancia de la obra invitó a dos artistas mundialmente consagrados, Pablo Picasso y Henri Matisse, pero ambos rechazaron el convite.

Abigail "Abby" Aldrich Rockefeller conoció a Diego Rivera mientras realizaba cinco murales móviles en el Museum ol Modern Art (MoMA), del que ella era la cofundadora, y que fueron exhibidos con éxito de público entre diciembre del 1931 y febrero de 1932. "Abby" sabía de la capacidad artística del artista mexicano pero también del fervor que había provocado en los visitantes y con estos argumentos convenció a su hijo J.D. para que convocara a Rivera con el fin de dar vida al mural, con su colorido estilo. Pero la señora pasó por alto que la afiliación y militancia del artista en el Partido Comunista mexicano estaba siempre plasmada en sus obras, en favor de los trabajadores. Se hubiera ahorrado un dolor de cabeza, de hecho Rivera realizó los cinco murales comprometidos al museo y agregó otros tres más en los que retrató a la clase trabajadora urbana y también la profundización de las divisiones entre las clases después del crack del '30. Entre los murales se encuentra un famoso retrato del líder revolucionario Emiliano Zapata al frente de la revuelta agraria.

Rivera aceptó la propuesta de Rockefeller y en 1933 comenzó el mural. Las imágenes que pensó representaban la lucha de clases, y los avances en la industria y en las ciencias en un siglo XX repleto de cambios vertiginosos. Que Rivera incluyera dentro del mural una manifestación del 1º de Mayo con banderas rojas y un retrato de Vladimir I. Lenin, no tendría que haber sido una sorpresa. De hecho estaban en los bocetos que habían sido aprobados por "Abby".

J.D. Rockefeller tuvo un gran disgusto cuando fue a visitar la obra sobre la que trabajaba Rivera. Al principió el millonario le pidió que reemplazara a Lenin por alguien desconocido y el artista mexicano le ofreció, para contrarrestar el peso del líder soviético, representar en el mural a Abraham Lincoln. Ninguno de los dos cedió y no pudieron llegar a un acuerdo. Rivera volvió a México sin terminar el mural, que durante un año fue tapado y que, finalmente, fue destruido. Rivera protestó por lo que consideró era un atropello y acusó al millonario neoyorquino de hacerlo víctima de "vandalismo cultural".

Uno de sus asistentes, Lucienne Bloch, había fotografiado el mural y este material se usó como referencia para realizar otro, aunque en una escala menor, en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. En ese están Lenin, y también León Trostky, Karl Marx y del mismo Rockefeller dentro en una disco. El mural que en Nueva York se llamó "El hombre en el cruce de caminos" en México fue rebautizado como "El hombre controlador del Universo".

En el lugar del mural de Rivera en el Rockefeller Center hay uno que tiene a Abraham Lincoln como protagonista.

La controversia duró semanas, alimentada por la prensa que vio en el mural un enfoque propagandístico de Rivera en contra del capitalismo. También hubo una defensa por la libertad artística por parte de los admiradores de Rivera y recibió apoyo de los liberales que defendían a ultranza la libertad de expresión, que consideraron al hecho un acto de censura.

Como homenaje a los 125 años del nacimiento de Diego Rivera, desde el pasado noviembre el MoMA exhibe aquellos murales mostrados en 1931 junto a bocetos y maquetas, e incluye los bocetos del mural para el Rockefeller Center.

Después de otra profunda crisis económica que sacudió a Estados Unidos, por muchos comparada con la del '29, y que llevó a miles de jóvenes "indignados" a ocupar la zona de Wall Street para protestar contra el capitalismo, nadie duda de con quién estaría hoy el muralista mexicano. Y con quién el financista estadounidense.

Publicado en www.gacetamercantil.com el 12 de Diciembre de 2011

Muestra en PROA Los nuevos tesoros de México

La Fundación Proa exhibe por primera vez en Buenos Aires 150 piezas arquelógicas de diferentes culturas prehispánicas. Son parte del patrimonio de trece museos, dos casas de cultura, una zona arqueológica y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La Fundación Proa presenta "Dioses, ritos y oficios del México prehispánico", una exhibición que trae por primera vez a la Argentina más de 150 piezas arqueológicas de las diferentes culturas que habitaron el Golfo de México.
Proa logra con éxito la puesta en escena, desde un centro de arte contemporáneo, de una muestra con elementos históricos con un diálogo respetuoso entre un pasado que comienza circa el 700 a.C y llega hasta la conquista española, y que es capaz de deslumbrar al visitante de este tiempo.

Las piezas fueron dispuestas en las vitrinas de acrílico sobre tarimas blancas y están acompañadas por textos. Pero es un buen complemento la ampliación de los temas relatados por las visitas guiadas a cargo de un correctísimo personal. O, para el que prefiere recorrerla con otros tiempos, la opción es el audiotexto. También hay recorridos especiales a cargo de artistas y teóricos, lo que confirma la importancia que esta institución le otorga al material reunido especialmente para esta muestra.
La exhibición es una puerta de entrada para que el público local tenga la oportunidad de conocer de qué manera representaban los antiguos pobladores de México antes de la llegada de los españoles, sus dioses, sus rituales y su cosmogonía. Como también, cuáles eran las actividades y profesiones que desarrollaban, como artesanos, alfareros, ceramistas, lapidarios y escultores.

La muestra presenta obras que no se habían exhibido hasta ahora e incluso incluye piezas que fueron recuperadas recientemente y que son parte del patrimonio de 13 museos, de dos casas de cultura, de una zona arqueológica y también del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).

Las obras, aún las más pequeñas, están repletas de belleza y son una demostración de lo expresivos que podían ser aún con materiales toscos como la cerámica trabajada con rudimentarias herramientas. Allí plasmaron su particular modo de observar la naturaleza y cuáles eran los temas a los que le daban mayor importancia, como la celebración constante de la vida y su contrapartida, la muerte, a la que rinden culto por antonomasia. A través de la representación de sus divinidades dejan la impronta de su espíritu religioso y su sentimiento de devoción para quienes consideran a los autores de sus destinos.

En las cerámicas destinadas al uso doméstico su gusto estético se hace presente en vasijas y platos, tanto por las formas como por las pinturas con las que fueron decoradas, con motivos simbólicos que ayudan a entender el significado de cada una de esas piezas y lo que representaban en el contexto ritual.

Si hasta hay lugar para representar los momentos de ocio como el juego de pelota (una actividad de esparcimiento pero con un gran acento en lo ritual), donde también están sus yugos y hachas votivas, los delimitadores de la cancha del mismo juego, y los jugadores de pelota elaborados en barro. Otro ritual de los más complejos es el que se celebraba en torno de Mictlantecutli, la deidad de la muerte, representado por una escultura de un cráneo y las diosas que lo acompañan.

Curada por David Morales Gómez, profesor de la Universidad Veracruzana y director de Museos de Veracruz, la exposición constituye, en sus palabras, "una excelsa selección de piezas que muestran la enorme variedad de ideas, la estructura social y la complejidad de una ideología". También Morales Gómez seleccionó escritos surgidos de las más recientes investigaciones sobre el comercio, el ritual de la pelota, el trabajo con la piedra, la alfarería y los sacrificios, trazando así un panorama integral de la las zonas más ricas en diversidad cultural.

La propuesta curatorial inicia su recorrido por medio de varios ejes temáticos: los dioses, en su mayoría deidades de la fertilidad, en piedra y barro, deidades que están presentes como el dios del agua, Tláloc; el dios de la fertilidad, Xipetotec; los dioses narigudos, Tlazolteotl y Cihuateteotl; y la deidad de la muerte, Mictlantecutli.

En Fundación Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929 y Caminito. De Martes a domingo de 11 a 19 horas. A las 17 hay visitas guiadas para público en general. Los martes de estudiantes se pone a disposición del público material de referencia como libros y catálogos en el espacio de la librería.
Para más información sobre visitas guiadas, horarios y actividades para escuelas e instituciones: http://proa.org/esp/education.php / +54 11 4104 1041 / visitas@proa.org. Valor de la entrada: 12 pesos.

Nota publicada el 5 de Diciembre de 2011 en www.gacetamercantil.com

Johannes Vermeer, del cuadro al libro y a los Simpsons



De Holanda en el siglo XVII a la serie de dibujos animados más vista de la actualidad, pasando por un libro y una película. El insólito recorrido de una obra clásica que dispara significados diversos.

Es curioso cómo una obra de arte como el cuadro "Chica con aro de perla" puede ser el punto de partida para una historia. Esto fue lo que ocurrió cuando Tracy Chevalier comenzó a dar vida a Griet, una joven de 16 años que en su novela trabajó en la casa del pintor holandés Johannes Vermeer. La escritora realizó una exhaustiva investigación de la vida del pintor y de la sociedad de Delft, pequeña ciudad holandesa donde nació y vivió Vermeer.

Griet, para Chevalier, fue una sirvienta que posó para el artista, quien para darle una visión más distinguida la adornó con los aros de su esposa. Cuando Vermeer muere, le deja a Griet aquellos aros para pagar parte de la deuda que el artista tenía con el carnicero, que era el marido de la mucama.

El libro de Chevalier llega a manos de Peter Webber, quien decide transformarlo en una película que fue filmada en 2003. El film narra el tranquilo y casi silencioso conflicto entre las religiones calvinista (la de la sirvienta) y católica (la de los Vermeer). Para recrear la atmósfera se basaron en toda la obra del pintor, generando con estas imágenes la escenografía y el vestuario. De este modo, prácticamente cada secuencia es un cuadro original de Vermeer.

De hecho este melodrama incluye, efectivamente, un comentario sobre la lucha de clases, sobre la colisión de religiones, además de recrear intensamente un tiempo perdido. El caso del cuadro "Chica..." abre, entonces, un fructífero e inesperado diálogo entre tres disciplinas distintas que se enriquecen mutuamente.

Johannes Vermeer nació el 31 de octubre de 1632 y murió el 15 de diciembre de 1675. Es uno de los pintores holandeses más conocidos del período barroco. Vivió durante la llamada "Edad de Oro" holandesa, en la cual su país experimentó un extraordinario florecimiento político, económico y cultural.

La mayoría de las representaciones de mujeres en los cuadros de Vermeer están relacionadas con una narrativa en la que instrumentos musicales u objetos del hogar influyen en la percepción de la acción. Sólo tres cuadros se desvían de forma importante de esta tónica y se pueden denominar retratos: "Muchacha leyendo una carta", "Dama virginal" y "Muchacha con turbante" (o "Chica con aro de perla").

La obra completa de Vermeer es muy reducida, solamente unos 35 cuadros. Pintó otras obras, hoy perdidas, de las que se tiene conocimiento por antiguas actas de subastas. Sus primeros trabajos fueron de tipo histórico, pero alcanzó la fama gracias a su pintura costumbrista, que forma la mayor parte de su producción.

En vida fue un pintor de éxito moderado. No tuvo una vida desahogada, quizá debido al escaso número de pinturas que produjo, y a su muerte dejó deudas a su esposa y once hijos.

Prácticamente olvidado durante dos siglos, a partir de mediados del siglo XIX la pintura de Vermeer tuvo un amplio reconocimiento. William Thoré-Bürger contribuyó a la consagración del pintor holandés con unos artículos periodísticos muy elogiosos. Actualmente es considerado uno de los más grandes pintores de Holanda y es particularmente reconocido por su maestría en el uso y tratamiento de la luz.

La fama de "Chica..." se debe sobre todo a su recepción actual y a que la obra fue la imagen elegida para representar una exitosa exposición en el Mauritshuis, en La Haya, en los años 1995 y 1996. La identidad de la retratada, en realidad, es desconocida. El fondo oscuro refuerza la claridad de la muchacha, sobre todo la de su piel. La modelo interactúa con el observador al mirarlo directamente y abrir ligeramente la boca, lo que en la pintura holandesa a menudo indica una conversación con el observador. También se conoce a esta obra como "La Gioconda" del Norte.

El turbante, con el paño amarillo cayendo hacia atrás, es una señal del interés que despertó en la época la cultura oriental, como consecuencia de las guerras contra el Imperio Otomano. Los turbantes pasaron a ser un complemento muy apreciado y extendido en la Europa del siglo XVII. Se destaca la presencia del aro de perla en la oreja, que brilla en la zona de sombra del cuello.

Una vuelta de tuerca a esta historia. El famoso cuadro terminaría ocupando un lugar en un capítulo de la irreverente serie de dibujos animados de "Los Simpson". La línea original del boceto de Vermeer terminó en la pantalla de la PC del dibujante y guionista Matt Groenig.

Publicado en www.gacetamercantil.com el 26 de noviembre de 2011