domingo, 6 de noviembre de 2011

Teotihucán: La cuna de los dioses



A 50 kilómetros del Distrito Federal se erige este enorme yacimiento arqueológico del que sólo se conoce el 5%. Las pirámides del Sol y de la Luna reciben millones de visitantes cada año.


Por Nanu Zalazar

Teotihuacán fue una de las primeras grandes ciudades del continente americano, aunque no hay precisiones sobre cuáles serían los orígenes étnicos de sus primeros habitantes. Se calcula que fue construida unos mil años antes de que llegaran los aztecas, que la encontraron en ruinas y la bautizaron con ese nombre, que en náhuatl significa "el lugar donde nacieron los dioses".

Al momento de apogeo de esta ciudad se lo denomina "Período Clásico", que trascurrió entre los siglos VII y III a. C. Fue un importante polo comercial que llegó a ocupar unos 20 km2 y tenía una población que superaba los 150 mil habitantes.

En apariencia, el declive de Teotihuacán ocurrió en el siglo VII de nuestra era, en un contexto marcado por la inestabilidad política, las rebeliones internas y los cambios climatológicos, que causaron un colapso en el actual territorio mexicano. La mayor parte de la población se dispersó por diversas localidades en la cuenca de México.

Actualmente es la zona arqueológica de México con mayor afluencia de turistas, superando en cantidad a Chichén Itzá. Por las excavaciones, aumenta tanto en calidad como en cantidad la información, y existe una mayor aproximación sobre cómo era el ritmo de vida de esta ciudad cosmopolita.

En Teotihuacán se puede ver el grado de conocimientos que alcanzó esta sociedad, en primer lugar a través de la arquitectura y el trazado urbanístico, pero también a partir de los elementos de uso doméstico como joyas, vasijas y herramientas que se han conservado.

Entre las construcciones prehispánicas más importantes de este yacimiento arqueológico se encuentran la Pirámide del Sol (la segunda más grande de México) y La Pirámide de la Luna, y ambas representan el lugar desde donde ascendieron al cielo.

Teotihuacán no poseía fortificaciones para su defensa, lo que indica que vivieron tiempos de paz por muchos siglos.

Desde este centro cultural se irradió una gran influencia en zonas vecinas, que adoptaron la forma piramidal en sus construcciones y también la representación de Quetzalcoatl, la famosa "serpiente emplumada", que puede encontrarse en todos los lugares históricos de México y Guatemala.

La planificación urbana resulta funcional y muy avanzada para su época, y no era sólo un centro ceremonial. Con el trazado aprovecharon el curso de las aguas, tanto para abastecerse como para sacar de la ciudad el agua servida.

La ciudad tiene forma de cuadrado, el que es atravesado por dos grandes avenidas que dividen todo el espacio en cuatro grandes cuadrículas donde van disponiéndose los edificios. La Avenida de los Muertos es un enorme espacio que actúa como un eje norte-sur, en cuyo centro se cruza con otro eje este-oeste. Los principales edificios del conjunto ceremonial se concentran en este perímetro, como la Pirámide de la Luna, que cierra uno de los lados de esta avenida; la Pirámide del Sol; el Palacio de Quetzalpapalotl o la llamada Ciudadela, presidida por la Pirámide de Quetzalcoatl.

La Pirámide del Sol es la construcción más grande de la ciudad y una de las más grandes de América central. Tiene 225 metros de altura (como un edificio de 56 pisos) que se pueden recorrer escalando los 365 escalones de gran alzada, aunque para mayor comodidad de los visitantes se intercalaron descansos y un pasamanos.

En la cima de la pirámide había un templo y una estatua de una deidad gigantesca, de lo que sólo quedó la base. Debajo de la pirámide en 1971 se descubrió una gruta que se comunica con cuatro cámaras que se asemejan a un trébol de cuatro hojas.

La construcción de la Pirámide del Sol también motivó la realización de otras grandes obras de ingeniería asociadas, como el gran canal para conducción de agua que la rodea, la plataforma que sostiene a la pirámide o la gran plaza que se ubica al frente de ella. Este conjunto, en su totalidad, debió conformar la principal estructura religiosa de la ciudad.

La Pirámide de la Luna tiene la particularidad de que imita el contorno del Cerro Gordo, que se encuentra detrás de ella, y es el segundo edificio en importancia por su tamaño. Se considera que en la construcción de grandes estructuras piramidales se busca hacer referencia a la montaña sagrada. Tiene 42 metros de alto y en su base tiene 150 metros por 130.

La gran plaza frente a la Pirámide de la Luna, a diferencia de la ciudadela frente a la del Sol, indica que era un lugar propicio para ceremonias públicas, mientras que a la otra solo accedían las autoridades de aquella sociedad.

A finales del siglo XIX se comenzó a estudiar el sistema de construcción de la Pirámide de la Luna. Hicieron varios túneles en su estructura y se descubrió que son siete construcciones, una sobre otra, y que entre ellas se colocaron ofrendas que incluían seres humanos sacrificados, junto con animales y cientos de objetos en cerámica.

Lo que más impresiona a los visitantes de la Pirámide de la Luna es su posición en relación a las otras edificaciones. Desde arriba se puede ver todo el recorrido de la Avenida de los Muertos y desde la cima de la Pirámide del Sol se ve que todas las construcciones son parte de un complejo y que esta última es la gran protagonista.

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