sábado, 14 de agosto de 2010

Se publican las fotos más valiosas del álbum secreto de Frida Kahlo



Se publican las fotos más valiosas del álbum secreto de Frida Kahlo
Pocas veces el mundo del Arte se conmueve con un descubrimiento así. Son fotos que estuvieron ocultas durante medio siglo y que finalmente ven la luz tras discurrir el tiempo exigido en el testamento de Diego Rivera.

Los archivos fotográficos de Frida Kahlo eran también los de su marido y Rivera pidió a su albacea, poco antes de morir, que permanecieran ocultos hasta que pasaran 15 años desde su fallecimiento. Los armarios repletos de imágenes realizadas por la propia Frida y por sus amigos eran inaccesibles desde que la artista falleció en 1954, pero ahora se puede ver lo mejor de las 6.000 instantáneas que integran el inventario gracias al libro publicado por Pablo Ortiz Monasterio, que seleccionó cutrocientas.

‘Frida Kahlo, sus fotos’ es una obra llena de fotografías “vibrantes, familiares, artísticas, dedicadas, personales, inspiradoras, turísticas, trucadas, recortadas y algunas, solo algunas, hechas por la misma Kahlo”. Así es como las describe Gregorio Belinchón en el diario El País, que ha dialogado con Monasterio acerca de esta gran “cornucopia fotográfica”. Él describe las imágenes como “reflejo de una época y entrañable registro de una familia ampliada de gente talentosa". Y, aunque sólo cuatro de las 400 fotos pudieron ser obra de la propia Frida, su mano está en todas ellas, incluso en las que tomaron artistas de la talla de Man Ray, Brassai o Álvarez Bravo.

El libro, estructurado en siete capítulos temáticos, dedica uno de ellos a los orígenes de la artista y otro más a la obra de su padre, Guillermo Kahlo, un gran fotógrafo y amante del autorretrato.

El capítulo titulado ‘Cuerpo roto’, que enlaza directamente con la parte más conocida de su obra pictórica, comienza con una radiografía del torso de Frida, realizada tres meses antes de su fallecimiento. Después se pueden contemplar imágenes bellísimas, como el retrato en el que la pintora posa con gesto coqueto mostrando su cintura. "Son muy elocuentes para entender quién era Frida, cómo enfrentaba el dolor y la sensualidad”, dice el autor de la selección.

En otros retratos puede verse cómo tiraban de su cabeza para estirar la columna y se observan los aparatos utilizados para ayudar a la paciente, más cercanos a instrumentos de tortura que a tecnología creada para el alivio del sufrimiento. Es por eso que, cuando se cierra el libro, “uno piensa más en Frida mujer que en la artista”. Gregorio Belinchón cree que, incluso los más saturados con la doliente imaginería de la artista mexicana encontrarán un antídoto en este puñado de imágenes entrañables.
nota publicada en El País, 08/08/2010 (España)/www.artseleccion.com

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