lunes, 23 de agosto de 2010

Hasta la victoria, Berni



En el Museo Nacional de la avenida del Libertador decidieron extender esta muestra hasta el 3 de octubre. No hay que perdérselo.
El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) pensó tres grandes muestras para celebrar el Bicentenario y una de ellas, dedicada a un solo artista: el justo elegido fue el gran maestro rosarino Antonio Berni, cuya exposición se extendió hasta el 3 de octubre por el notable éxito de público obtenido.

Esta muestra seleccionó una treintena de obras en el período abarca de 1931 a 1981, con lo más representativo de la obra, dividida de manera didáctica en varias secciones.

En la enorme sala donde se despliega esta exhibición hay un sector destinado a los retratos y un autorretrato, los personajes de grandes ojos y miradas tristes, de gran plasticidad.

Los años '30 son los comienzos de un triste período de nuestra historia, la "Década Infame”, que se inicia con el golpe militar que derroca a Hipólito Yrigoyen; en el contexto mundial se da en el '29 el crack de la Bolsa de Nueva York, que trae como coletazo una gran depresión económica, y a mediados de esa década se desata la guerra civil española, lo que aumenta y acelera la llegada de inmigrantes a la Argentina, lo que también coincide con un gran movimiento del campo a la ciudad y es el comienzo del asentamiento de las primeras villas.

Como hombre sensible que era, Berni asimila cómo los cambios económicos y políticos afectan negativamente a la sociedad y a través de su propuesta estética elije denunciar las injusticias por las que atraviesa gran parte de la población.

Hombre adherido al Partido Comunista, en las obras de este período hace una defensa activa en favor de los más desposeídos con grandes telas de arpillera en las que despliega imágenes orientadas a un realismo social emparentado con las imágenes y las técnicas del muralismo mexicano. Aquí, en la muestra del MNBA pueden verse dos obras emblemáticas de este período: “Manifestación” y “Chacareros”.

Berni crea dos personajes para contar la historia de quienes desde siempre quedaron fuera del sistema. Los personajes son “Juanito Laguna” y "Ramona Montiel", el primero un niño que vive de lo que encuentra en el basural donde está su casa precaria, en el bajo Flores; la segunda, una provinciana que llega con la intención de trabajar como costurera, es tentada a sacarle provecho a su cuerpo y su juventud y finalmente se dedica a la prostitución.

Berni realiza con collages tanto las series de Juanito como de Ramona, con elementos sacados de las mismas villas. Los trabajos resultan expresivos, con una gran carga de materia, pero no gozaron de críticas favorables en su momento cuando lo académico avalaba solo la belleza.

El artista habla de pobreza, de situaciones extremas que lejos están de ser bellas y los cuadros reflejan eso. Toma elementos del informalismo y de una tendencia del momento llamada figuración narrativa. Berni genera una coherencia entre el tema y los elementos que le dan vida.
En 1962 recibió el Gran Premio de Grabado de la Bienal de Venecia con estos personajes.

La de Antonio Berni es una muestra que permite sumergirse en la obra de este gran maestro y en el modo como fue acompañando e interpretando desde la imagen la historia de la Argentina.

"El arte es una respuesta a la vida. Ser artista es emprender una manera riesgosa de vivir, es adoptar una de las mayores formas de libertad, es no hacer concesiones. En cuanto a la pintura es una forma de amor, de transmitir los años en arte", dijo en una entrevista unos días antes de morir, en 1981.

En Av. del Libertador 1473. Hasta el 3 de octubre, de martes a viernes de 12.30 a 19.30 horas; sábados y domingos, de 9.30 a 19.30 horas. Entrada libre y gratuita.

Nota publicada el domingo 22 de agosto de 2010 en www.minutouno.com

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